En estos momentos Sevilla era la más populosa, rica y habitada. Hacia 1609 entra en el taller de Francisco Herrera "el viejo", pintor dotado de exquisito gusto y talento, pero no hubo mucha sintonía entre ellos. A los once años inicia su aprendizaje en el taller de Francisco Pacheco en 1610, contrato de 4 años que se prolonga a 6. Incluía vestido y comida y solo se dedicaban a pintar.
Pacheco le relacionaba con ambientes muy intelectuales de la sociedad andaluza y Velázquez se empapó de esa cultura. A los 19 años se independiza y abre su propio taller, a los 20 se casa con Juana Pacheco y tiene dos hijas. Habitualmente utiliza a su familia como modelos.
En esa época la temática es religiosa, naturaleza muerta y la monarquía.
Dada su precocidad y buen hacer viajará a Madrid.
En 1621 muere Felipe III y le sucede su hijo Felipe I V, surgiendo como principal figura real el Conde-Duque de Olivares, don Gaspar de Guzmán. Éste, oriundo de Andalucía, abogó por que la corte estuviera integrada mayoritariamente por andaluces. Considerando Diego de Velázquez que ésta podría ser una oportunidad idónea para conseguir un puesto de pintor en la corte real madrileña, viajó a Madrid, de donde, tras una primera tentativa, regresó con las manos vacías. En este viaje conoció a Luis de Góngora, de quien haría el retrato años más tarde.
En ese primer viaje consigue retratar al capellán de la corte y a Góngora, controvertido personaje en ese momento.
Felipe IV admira el retrato y hace llamar a Velázquez en 1623 para que le pinte un retrato. Quedan tan fascinado con el resultado que le nombra pintor de cámara. Por ello se trasladará con toda su familia a Madrid donde vivirá como un gran personaje.
Los cuadros los utiliza como instrumento político (para difundir su imagen). Así Velázquez tiene acceso a palacio y puede conocer la obra de otros pintores colgadas en las estancias reales.
Va desapareciendo la tendencia religiosa para dedicarse solo a la familia real.
Se va a Italia para conocer a otros artistas en 1629. Recorre diferentes ciudades conociendo las obras del Renacimiento italiano. Su pincelada comienza a ser más suelta, menos empastada.
En 1630 llega a Roma donde permanece un año bajo la protección de los Berberini. Allí descubre la pintura de Rafael y la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Esto hace que cambie su manera de crear.
En 1931 regresa a Madrid, done quiere recobrar la confianza del monarca. Es entonces cuando pinta al hijo del rey Baltasar Carlos cuadro que fascina a Felipe IV.
Por iniciativa del Conde Duque de Olivares se construye el Palacio del Buen Retiro. Se traen pigmentos de mayor calidad procedentes de Italia.
Se construye sobre una antigua pajarería donde Olivares pasaba su ocio. Sirvió para resaltar a la monarquía en retratos ecuestres, reyes y sus mujeres, etc.
Para el salón de reinos le encargan que pinte una serie de cuadros con escenas de batallas, para el que se crea La Rendición de Breda o Las lanzas.
Junto al palacio se construye una torre-parada.
Para tanto volumen de encargos necesita numerosos ayudantes especialistas; es por ello que hay duda de algunas autorías.
En noviembre de 1648 se vuelve a Italia por expreso deseo del rey, donde su misión era adquirir obras de arte para el palacio del Retiro.
Pasó dos años y medio que aprovechó para efigiar el retrato del papa Inocencio X.
Mientras tanto en España se debilita el gobierno del Conde-duque y comienzan los problemas económicos.
Regresa en 1651 con las obras adquiridas y entonces es cuando comienza su principal obra "Las meninas".
Muere en en 1960 y cae en el olvido hasta que en el siglo XIX los impresionistas recalan en él y lo ponen de moda hasta nuestros días.
OBRAS:
El Almuerzo - 1617: modelos al natural, personaje barbado, joven y maduro representando las tres edades del hombre. Composición semicircular. Fondo neutro, iluminación que incide sobre el protagonista.
Vieja friendo huevos: Se cree que la modelo es su suegra (modelos del natural). Adquiere un matiz fotográfico. Cuencos metálicos, de cristal, sombra del cuchillo, el mimbre de la bolsa. Fondo neutro. Las manos muy trabajadas. Iluminación sobre los personajes. Paleta oscura, etapa sevillana.
Adoración de los Reyes Magos: (Epifanía) Utiliza a su mujer e hijo como modelos. Fondo de paisaje crepuscular.
Cristo en casa de Marta y María: Cuadro dentro del cuadro, dilatando el espacio. Crea un bodegón. Rostros naturalistas, paleta austera.
El aguador de Sevilla: Ropas ajadas, escorzo de la mano, tratamiento del cristal. Las tres edades del hombre sin idealizar.
Durante su estancia en Madrid, Velázquez admiró y adquirió las técnicas de Tiziano y Rubens, luego, en Italia, estudió los trabajos de Rafael y Miguel Ángel. La Fragua de Vulcano muestra el primer escalón de su madurez pictórica, influenciada por estos grandes maestros, sus pinturas comienzas a ser más profundas, ricas y más luminosas. Las figuras con cuerpos más pulidos. Sin embargo todavía pinta escenas mitológicas reflejadas en la vida diaria, de características alegres y con una representación simple de las actividades humanas.
Lo más interesante es como capta la atmósfera aérea.
Felipe IV y Mariana de Austria, padres de la primogénita Margarita a sus cinco años.
Pintado alrededor 1656-57. Infanta Margarita, la pieza central de "Las Meninas" de Velázquez. Nunca una pintura de un individuo de la realeza ha sido rodeado de tanta actividad y objetos.Toda la atención está dirigida hacia la Infanta mientras busca a sus padres, el rey y la reina de España que están posando para el pintor.
TAMAÑO ORIGINAL: 318 X 276 cm.
Este cuadro está considerado como una de las más grandes obras de la historia del arte, uno de sus secretos es el hacer algo relevante de una escena cotidiana. Velázquez, que fué llamado el pintor del "aire", refleja en él su propia jornada de trabajo: en el espejo de la pared trasera se reflejan el rey y la reina que es el tema de la pintura sobre la que está trabajando, la princesa mirando a sus padres, rodeada de sus ayudantes y al perro de la familia.Aparecen en el cuadro el rey Felipe IV y la reina Mariana de Austria (reflejados en el espejo), La Infanta Margarita (en el centro) rodeada de Isabel Velasco y Agustina Sarmiento (las meninas), en la parte derecha del cuadro los enanos María Bárbola y Nicolás Pertusato, este último entreteniendose con el mastín situado a sus pies. Detrás de ellos están Marcela de Ulloa y un personaje no identificado. Al fondo, justo el el punto de perspectiva de la composición, aparece el aposentador de la Reina, el caballero Don José Nieto debajo del quicio de la puerta. Por último, casi en penumbra aparece el pintor trás de su lienzo.